La fascia y el dolor lumbar: las claves para combatirlo

El dolor lumbar afecta a un 70-80 % de la población general al menos una vez en la vida, por lo que se trata del dolor de espalda más común. Aquí te explicamos el origen del dolor lumbar en la fascia y cómo combatirla.

Muchos dolores lumbares tienen su origen en la fascia. Quizá no te suene ni su nombre. La fascia siempre ha estado ahí, pero hasta hace pocos años nadie le hacía demasiado caso. Los últimos estudios revelan que la fascia es algo muy importante para la salud general, para la capacidad de movimiento y para el funcionamiento adecuado de los sistemas de comunicación internos.

De hecho, muchos estudios apuntan a que la rigidez en la fascia toracolumbar, la que rodea la columna vertebral, podría ser la responsable de la gran mayoría de dolores lumbares.

¿Qué es la fascia?

Se trata del tejido conectivo que envuelve todo, una gran membrana que recubre órganos, tendones, células, conectándolo todo. Se compone básicamente de colágeno, elastina, fibras reticulares y gran cantidad de agua.

Debido a la edad, sedentarismo, malas posturas, estrés, falta de descanso, alguna lesión… la fascia se vuelve más rígida, más seca y se acorta. Esto puede ocasionar desde rigidez y pérdida de flexibilidad hasta dolores crónicos, tendinitis e incluso pérdida de rango de movimiento.

¿Cómo combatir el dolor lumbar?
  1. Acupuntura: Las agujas actúan en las fascias, liberando el tejido y produciendo un efecto analgésico.
  2. Rodillos de espuma: Permiten rodar sobre diferentes partes del cuerpo, y así relajar las fascias, deshaciendo los posibles nudos que se pueden formar.
  3. Dieta para una fascia saludable: Lo mejor es optar por alimentos altos en proteínas, vitamina C, aminoácidos esenciales, magnesio y agua. Ejemplos: carnes magras, huevo, quinoa, semillas, brócoli, cítricos, frutos secos y mucha agua. Todos estos alimentos van a contribuir a la producción de colágeno, a fortalecer los tejidos y a hidratar y flexibilizar todo el tejido conectivo.
  4. Masaje: El masaje con una crema muscular es el tratamiento perfecto. Reduce la inflamación descongestionando la zona afectada, actúa rápidamente sobre los centros nerviosos calmando la tensión en los músculos y además bloquea la señal nerviosa reduciendo el dolor local. La clave, usarla a diario sobre la espalda insistiendo en las zonas doloridas durante algunos minutos. Cuanto más alargues el tiempo del masaje, mejor.
  5. Yoga: Lo más recomendable para conseguir fortalecer la fascia, volverla más gruesa, espesa, resistente, flexible y larga es hacer posturas en las que mantengamos un estrés sostenido durante períodos más largos de tiempo. Te proponemos una secuencia corta y efectiva apta para todos.  
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